No es la primera vez que la escultura reclama su rinconcito en este blog. Sí, me gusta la escultura, me gusta recrearme en la forma como el escultor trabaja el volumen y el espacio, para crear algo que será capaz de transmitir cosas. Entre mis favoritos están Bernini, Rodin y Pablo Gargallo. Por suerte, tengo cerca la obra de este último y puedo visitarla de vez en cuando. Me atrae especialmente, "Gran profeta", una enorme escultura en bronce, que finalizó un año antes de su muerte. Siempre que la miro, no puedo evitar preguntarme qué nos gritaría hoy ese profeta de Gargallo, desde sus más de dos metros de altura. ¿Tal vez nos advertiría sobre los peligros que anuncian todas esas señales que nos van asediando, poco a poco, y que parece que nos negamos a ver? No sé si necesitamos profetas, pero desde luego, es apremiante que estemos atentos a las señales y que tengamos la sabiduría para poder interpretarlas.