Lo veo en fotos

 Hace unos días, leía en el blog de un buen amigo, algunas reflexiones que hacía en torno a las sombras en fotografía. "¿A dónde van las sombras?" Se preguntaba. Y yo, que pierdo la cabeza ante una buena sombra, me respondía: "A mis fotografías." Sombras, penumbras, siluetas... están presentes en buena parte de las imágenes que tomo. Ante una posible fotografía, lo primero que pienso es qué papel pueden jugar las sombras o cómo puedo reducir los elementos de la imagen a una silueta. Por eso me gustan las luces duras que crean escenarios muy contrastados en los que unos pocos pasos de distancia llenan a los personajes de luz o los sumergen en la penumbra.

 En mi tiempo de colegio, las matemáticas no estaban entre mis asignaturas favoritas. Recuerdo que aquello de resolver las ecuaciones, era de las cosas que menos me gustaban. Ahora, que hace años que terminé el colegio, las matemáticas siguen sin haber conquistado mi corazón, aunque de vez en cuando, siempre que la calle me lo permite, me gusta buscar alguna equis que obligue a despejar la incógnita.

 Es cierto que una imagen de alguien que observa una fotografía en una exposición, no deja de ser un tópico. Pero, es cierto que a veces me gustan los tópicos.

 Cuando llega el momento del descanso, es fácil perder la cabeza.

 A veces una foto es algo más que una imagen. Es un hilo que nos conecta con una ciudad, con un lugar. Incluso con un olor y un sabor.  A pica pau, a bacalao a bras, a pastel de nata, a bolo reí... Sí, a veces una foto se convierte en hilo.

El arte callejero, es cuando las paredes hablan.

  Si algo me gusta de los museos, es lo bien organizado que está todo.

 Creo que en fotografía, las sombras tienen tanta importancia como las luces. Son las dos caras de una misma moneda.  Una unidad de contrarios. En las sombras se pierde detalle, pero se gana volumen, profundidad, dramatismo... E incluso algo de misterio. ¿Qué será lo que la oscuridad oculta? Por eso me gusta forzar la exposición para que las sombras, la penumbra, aparezcan profundas y creen imágenes con duros contrastes. Como la vida misma.