A veces una foto es algo más que una imagen. Es un hilo que nos conecta con una ciudad, con un lugar. Incluso con un olor y un sabor. A pica pau, a bacalao a bras, a pastel de nata, a bolo reí... Sí, a veces una foto se convierte en hilo.
Con todo el sabor de la noche y una luz preciosa. Por cierto el PicaPau no lo conocía y, una vez buscado de qué va, ya me está faltando tiempo para probarlo ;-)
Si uno se encuentra con una pared blanca en la que se refleja la potente luz de mediodía, cómo va a resistirse a convertir en silueta al hombre del teléfono.
La orilla del río es un buen lugar para esperar y encontrarse, para estar y mirarse. El fotógrafo no sabe lo que la corriente les trae, ni lo que la corriente se lleva; no sabe lo que el agua les dice, ni lo que el agua se calla. No sabe lo que miran, lo que sueñan… Simplemente se asomó, miró hacia abajo, le gustó la escena y disparó su cámara.
Con todo el sabor de la noche y una luz preciosa. Por cierto el PicaPau no lo conocía y, una vez buscado de qué va, ya me está faltando tiempo para probarlo ;-)
ResponderEliminarPues hay que probarlo, sí, porque es estupendo. De ternera o de cerdo. Tú eliges.
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