De tanto en cuando
Hace unos días, hablaba con un buen amigo sobre fotografía
de calle y fotografía de paisaje. Aunque me declaro ferviente seguidor de las
dos disciplinas, me inclino claramente por la fotografía callejera. No solo por
lo accesible que resulta (solo tienes que coger tu cámara, salir a calle y
ponerte a hacer fotos), sino porque la ciudad es mi tema. Me siento cómodo en
sus calles. Me gusta capturar su pulso, su latido, el ir y venir de sus gentes.
La atención y la concentración que requiere la fotografía de calle, te hace ir
descubriendo qué te atrae y qué te resulta desagradable e incluso repulsivo. Y
todo quieres encerrarlo dentro del encuadre de una imagen. Es fácil deducir de
todo esto, que la fotografía de calle ocupa gran parte de mis archivos fotográficos,
aunque también hay un hueco para esos paisajes a los que necesito volver de
tanto en cuando.
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