Las cuatro estaciones
Existen lugares por los que pasamos asiduamente en nuestro ir y venir por la ciudad. Son sitios en los que me detengo y fotografío casi a diario. Me gusta observar las imágenes y ver cómo la ciudad cambia, mientras decido si conservo la instantánea o la descarto. La indumentaria y la actitud de la gente, la luz, el número de personas que se mueven por la calle... Uno de los elementos que influye de forma más evidente en esos cambios, es el paso del tiempo. La primavera, el verano, el otoño y el invierno se suceden, impregnándolo todo con su matiz particular. A veces es solo cuestión de detalles, pero con frecuencia es en los detalles, donde están las grandes diferencias.