Cuando el tiempo me lo permite, cojo la cámara y salgo a la calle a hacer fotos. Durante unas horas camino por la ciudad buscando lugares en los que me guste la luz, donde existan patrones que se repiten, geometrías interesantes o fondos prometedores. Me muevo sin prisa, disfrutando del paseo y de esa manera diferente de mirar la ciudad. Llego a una calle en la que me gusta el contraste de luz. Me detengo y observo. Hay además líneas, algunos toques de color interesantes… Azul, amarillo, fucsia… Sí, definitivamente el lugar me gusta. Decido esperar. Disparo para comprobar los ajustes de la cámara. Estoy frente a una peluquería. Del interior sale una mujer, que parece ser la dueña. Enciende un cigarro y habla por teléfono mientras observa a un tipo que está frente a su tienda con una cámara de fotos en la mano. Después de unos minutos, me convierto en parte del mobiliario urbano y ya no llamo su atención. Ella se concentra en su cigarrillo y en su conversación y yo disparo cada ve...