¿Qué hace que una escena cotidiana (alguien que lee la carta en la puerta de un restaurante, por ejemplo) se convierta en algo atractivo para el fotógrafo? ¿Será el color?
A veces me gusta mirar una escena y reducirla a lo esencial: volúmenes, formas, texturas, líneas, contornos... Simplificar, en suma. Y esa simplificación, implica eliminar el color cuando no aporta nada a la imagen.
No sé si será porque en los últimos días he estado revisando fotografías de Elliot Erwitt (entre ellas las de su célebre libro Elliot Erwitt's Dogs), pero de repente he recordado que tengo un buen número de fotografías de perros. ¿O será por eso que se dice de que son nuestros mejores amigos?
Una imagen torcida, oscura, con el personaje central desenfocado y cortado... ¿Por qué a veces buscamos esas fotos? Y lo que es peor, ¿por qué a veces las encontramos?
No es mala idea comenzar un nuevo año contemplando el horizonte. Miremos, miremos a lo lejos, a ver si somos capaces de vislumbrar, en este año que hoy empieza, una realidad de justicia para las gentes y pueblos del mundo.