¿Las bicicletas son para el verano?


 En el teatro, en efecto, es así. Las bicicletas son para el verano, gracias a la obra homónima de Fernán Gómez. En el cine también, desde que Jaime Chávarri filmó su versión cinematográfica. Pero más allá del mundo de las tablas y el celuloide, las bicicletas son para el verano y el otoño y el invierno... Forman parte del paisaje habitual de nuestras ciudades y a menudo se convierten en motivo para la fotografía callejera. No sé exactamente por qué, pero las bicicletas resultan atractivas. Quizás porque esa unión armoniosa de líneas rectas, diagonales y curvas sea fotogénica. O tal vez porque en torno a ellas se crean situaciones con cierto punto de excepcionalidad. Una de esas mañanas de diciembre en las que el sol se despierta con su mejor sonrisa primaveral, cogí mi cámara y salí a hacer fotos. Pensé que en el espacio de lo que fue la exposición universal de 2008, podría encontrar escenarios interesantes. Solo tenía que esperar a que los personajes salieran a escena. Y al fin pesqué a un ciclista que, ante la mirada de 'El alma del Ebro', se detuvo a llamar por teléfono. ¿Tal vez a la línea de llegada?

Nikon D200   50mm  f/4.5  1/1000  ISO 200

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