Poder y sabiduría
Me gustan las bibliotecas. Son lugares tranquilos, incluso para hacer fotos. Me gustan particularmente las que tienen cierta antigüedad: los lomos desgastados de sus libros, su olor, la calidez que el tiempo ha impregnado en sus mesas y sus sillas. Me gusta sentirme rodeado por parte de lo mejor que la humanidad ha sido capaz de crear en filosofía, historia, ciencias, artes, literatura... Me gusta pensar que, en sus anaqueles, tal vez se encuentre alguno de los libros de Carl Sagan, en los que nos advertía que nuestro poder está creciendo más deprisa que nuestra sabiduría.
—No te olvides de Gaza. Ni de Cisjordania tampoco—
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