Leer un libro mientras esperas que te traigan un café, no es mala opción. Por ejemplo, para un domingo por la mañana. Lo que me pregunto, es qué habrá pedido el perro.
Si uno se encuentra con una pared blanca en la que se refleja la potente luz de mediodía, cómo va a resistirse a convertir en silueta al hombre del teléfono.
Pienso que, si veo una silla en un rincón, con una luz intensa que entra en la escena por la izquierda, puede ser una buena idea hacerle una foto. Pienso que, ya que tengo una escena como esta, puede ser una buena idea ponerle como nombre, el rincón de pensar. Y ya que tengo un rincón de pensar, pienso que es mucha la gente que tendría que pasar por él. (A mí al menos, se me ocurren bastantes nombres para sentar en esa silla). Y pienso que, ya que tengo una silla y un rincón, puede ser una buena idea parafrasear los famosos versos de Becquer “Del salón en el ángulo rincón oscuro, de su dueño del pensador tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo, veíase el arpa la silla”
Hace unos días leía en un blog amigo (www.fotosqueimportan.com), que "todo sucede en la calle, el pulso de la vida, las emociones..." No descarto que esa sea la razón por la que he reparado en esta foto al repasar mi archivo. No puedo estar más de acuerdo. La calle contiene el pulso de la vida. Seguramente sea por eso por lo que, cuando salimos con la cámara a la calle, dirigimos nuestro objetivo hacia la gente. Quizás todo es una ilusión, un vano intento de atrapar ese "pulso de la vida" en un rectángulo de dos por tres. Y si te encuentras con algo que altera el habitual discurrir de la ciudad, por ejemplo, unas estudiantes de bellas artes dibujando un monumento, preparas la máquina de atrapar momentos, porque sabes que se producirán interacciones que no se darían si no estuvieran ellas. Si tengo que elegir entre un monumento y una escena callejera, elijo sin dudarlo la segunda. Los monumentos están, pero las cosas suceden. Y me interesa, sobre todo, lo que suced
Tortitas con nata, en esa calle las hacen muy buenas ;-).
ResponderEliminarDesde luego el blanco y negro es otra historia, muy elegante, además en esta foto está iluminada por el sol mañanero, muy chula (Amparo)
EliminarSí, me apunto a las tortitas. Están un poco más arriba.
EliminarEl reflejo del blanco de las páginas del libro es un plus.
ResponderEliminarGracias por fijarte en los detalles, Luis.
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