Si uno se encuentra con una pared blanca en la que se refleja la potente luz de mediodía, cómo va a resistirse a convertir en silueta al hombre del teléfono.
Resuelta como te gusta, con altos contrastes, el contrapicado es otro factor que añade interés, el resultado se me antoja con un toque surrealista muy interesante
A veces sucede. Tienes una cosa en mente y te encuentras con algo que te hace cambiar de idea. Me rondaba por la cabeza alguna cosa que decir para acompañar esta fotografía, pero la casualidad ha hecho que esta misma mañana me encontrará con un texto de Cristina García Rodero. Y claro, no me ha quedado otra que rendirme a la sabiduría de la gran Cristina. En fin, que aquí van su frase y una pequeña reflexión. “La fotografía es una lucha. El enemigo es el tiempo y vences cuando consigues congelarlo en el momento adecuado, evitando que algo que habla de ti y de lo que está pasando muera y desparezca para siempre”. Hasta esos momentos que nos descubren pequeños gestos intrascendentes y cotidianos, merecen su oportunidad para flirtear con la inmortalidad, como alguien que, en día de lluvia y viento, sujeta con una mano la capucha de su gabán.
Y cualquier fotógrafo de calle que se precie ¿debería tener alguna foto de músicos callejeros o es un tópico que es mejor evitar? Quizás se trata, como decía Elliott Erwitt, de reaccionar ante lo que ves, con suerte sin ideas preconcebidas. Es tan simple como percibir las cosas y organizarlas.
En la calle la vida transcurre con rapidez. En ese discurrir de la vida, buscas gestos, momentos, escenas, instantes... cuando crees que has encontrado uno, aprietas el obturador, y en una fracción de segundo capturas una imagen. Ese ritmo, esa rapidez, te hace estar atento, te obliga a detenerte y observar. Te paras, contemplas la vida delante de ti y entonces, algo parecido al instinto, te hace disparar. Sí, en medio del bullicio de la ciudad, la fotografía te enseña a tener momentos de pausa.
Cierto más que ofrecer resistencia ante tal oportunidad lo que hay que hacer es buscar la mejor posición y disparar. Abrazo
ResponderEliminarOtro abrazo, Luis.
EliminarIndudable
ResponderEliminarTodos tenemos nuestras debilidades. Gracias, Joaquín.
EliminarMe resulta una imagen inquietante: una oscura figura en primer plano, potenciada por ese contrapicado y contrastada por la pared blanca (soy Amparo)
ResponderEliminarMe gusta mucho
EliminarLo bueno de la fotografía, es que siempre está abierta a la interpretación de quién la mira.
EliminarAh! Gracias.
EliminarResuelta como te gusta, con altos contrastes, el contrapicado es otro factor que añade interés, el resultado se me antoja con un toque surrealista muy interesante
ResponderEliminarYa se dice que la cabra, siempre tira al monte. Uno tiene sus querencias y sus debilidades. Me gusta eso del toque surrealista.
EliminarME GUSTAS CUANDO CALLAS Y ESTAS COMO DISTANTE Y TE MIRO DE CERCA Y LA LUZ SE TE AGRANDA
ResponderEliminarnO SACO FOTOS ESO ERA ANTES AHORA ME RIO SOLA EN EL INSTANTE
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