Horizonte 2. Mirar
Pocas cosas despiertan tanta unanimidad como el horizonte. Llegamos a un pueblo de mar, subimos a la parte más alta, llegamos a una explanada —pongamos que junto a un castillo—, nos acercamos a una balaustrada o a un murete y nos ponemos a contemplar el horizonte. ¿Para qué sino hemos subido hasta allá arriba? Aunque siempre puede haber alguien a quien le resulte más interesante mirar hacia otro lado.
El mar y el horizonte a la vista de una sola mirada. Qué más se puede pedir.
ResponderEliminarPoder estar allí. Un abrazo.
EliminarNo dudo que hay alguien así, quien mira en su adorado teléfono "inteligente" la mismísima línea del horizonte. Amparo.
ResponderEliminarComo dicen los franceses, hace falta de todo para hacer un mundo.
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