Yo no soy ellos
En lo que se refiere a la estética, el desarrollo automovilístico ha perjudicado seriamente a la fotografía. Basta mirar algunas de las fotos de Saul Leiter, Fred Herzog o Ernst Haas en las que aparecen automóviles, para darse cuenta de ello. Ninguno de los tres, convirtieron los coches en el elemento protagonista de sus imágenes, sino que aparecían con sutileza como elementos del paisaje urbano. Un auténtico disfrute perderse por sus fotos. No por los coches, sino por la sutileza. Todo es sutil en sus imágenes. Con coches o sin ellos. Sí, los automóviles actuales no tienen esa estética tan "de foto", que desprendían los de los años cincuenta y sesenta. Y un día, vas caminando por una ciudad cualquiera y te encuentras con un coche "de época" aparcado en la puerta de una catedral, esperando la salida de los novios, y no se te ocurre otra cosa más que agacharte y disparar a través de sus ventanillas. ¡Qué le vamos a hacer! No soy ni Leiter, ni Herzog, ni Haas. Pero miro muchas de sus fotos y algo voy aprendiendo.
—No te olvides de Gaza. Ni de Cisjordania tampoco—
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