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Reflejos 6: El ojo que mira

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 Una fotografía nos ofrece la visión que el fotógrafo tiene de la realidad y no la realidad misma. Dicho de otra forma, la realidad se refleja de determinada manera en el ojo del fotógrafo. ¿Y si ese ojo dirige su mirada a lo que se refleja en el escaparate de un local en obras?

Señales

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 Casi siempre, hay que mirar más allá de las señales que en el camino nos indican que nos detengamos.

Recuerdos y fotografía

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 Los recuerdos y la fotogafía tienen mucho en común. No por el hecho de que mirar una fotografía nos recuerde un momento determinado, sino porque los recuerdos que guardamos en la memoria y la acción de fotografiar, están vinculados a emociones y estados de ánimo. Guardamos el recuerdo de un lugar y lo hacemos adornado con una serie de emociones. Puede ocurrir que cuando regresamos ese lugar, no encaje con nuestro recuerdo y las emociones que lleva aparejadas. Puede que el lugar haya cambiado o puede que hayamos cambiado nosotros. O tal vez ambas cosas. Sentimos cierto desasosiego y cierta decepción. Y nuestra mirada fotografica, que responde a la pulsación de nuestro estado de ánimo, se ve nublada y resentida. Nos cuesta encontrar algo que fotografiar. Y tal vez lo encuentramos cuando nos detemos junto al mar y dejamos que nuestra mirada vuele hacia el horizonte.

Es solamente un juego

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 Una de las razones por las que me gusta la fotogafía, es porque me permite jugar a construir imágenes que, aunque partan de la realidad, solo existen en la imagen fotográfica. La ciudad es una especie de caos que ofrece infinitas posibilidades de recoger situaciones que pasan desapercibidas a nuestros ojos. La fotografía ordena ese caos aparente y nos lo muestra de una forma en la que no habíamos reparado. Es solo una cuestión de oportunidad, de captar ese instante preciso en el que algo sucede. Pero a veces el juego no consiste en intentar descubrir ese momento, sino en alterar la escena para que aparezca de una manera  que nuestra mirada no puede percibir. Por ejemplo, un ventanal y alguien que pasa por delante. En esa situación, me gusta jugar a forzar las sombras para crear una realidad que el ojo humano jamás podría ver. Por eso me gusta la fotografía, porque es solamente un juego. Xiaomi Redmi Note 10 Pro   25mm  f/1.9  1/2000  ISO 50  EV -...

Dejarse sorprender

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Camino por la calle con la mirada atenta. Más que atenta, curiosa. Creo que sin curiosidad no hay fotografías. Me gusta pensar, seguramente por mi pasado teatral, que la mirada del fotógrafo es igual que la del payaso, que observa lo que le rodea dispuesto a dejarse sorprender. Y ahí voy yo, con mi cámara y mi curiosidad, con mis ojos, mis oídos y mi cerebro abiertos a la sorpresa. No es difícil, porque en la calle siempre suceden cosas, solo hay que estar preparado para descubrirlas. El tráfico, los escaparates de las tiendas, el bullicio… De repente, sucede algo que llama la atención de la gente con la que me cruzo. Y no sé por qué, a mí me interesa más su reacción que lo que les ha hecho girar la cabeza. Solo el fotógrafo y sus personajes saben qué ha sucedido. Xiaomi Redmi Note 10 Pro   35mm  f/1.9  1/250  ISO 50  EV -0.7

¿Naturaleza muerta?

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Me gusta la fotografía urbana. Es en la calle donde la fotografía cobra sentido para mí. Aprovecho el ir o venir del trabajo para hacer fotos con el teléfono o mi pequeña cámara compacta. Otras veces cojo la cámara y salgo con el propósito de hacer fotos. Observo lo que sucede a mi alrededor buscando posibles imágenes que captar. Es un ejercicio que a veces hago incluso sin cámara. Es como una especie de entrenamiento. El ojo va buscando imágenes interesantes, porque en realidad es el ojo quien hace las fotografías, no la cámara. Pero cuando me alejo del bullicio de la ciudad, a mi ojo le gusta fijarse en las cosas pequeñas, en la sencillez de una hoja seca que se resiste a desprenderse la rama y caer al suelo. ¿Una hoja seca es una hoja muerta?  Nikon D200   50mm   f/1.8   1/200   ISO 800