Cualquier sitio es bueno para cultivar la amistad. La barra de un bar, por ejemplo, en compañía de un buen amigo, charlando de todo y de nada, disfrutando del tiempo y la conversación, es un escenario apetecible al que quizás acudimos con demasiada poca frecuencia. Puede que a tu lado haya otro par de amigos que saborean un buen vino, una cerveza y una buena conversación. Y que haya un par de cámaras que comparten barra con las copas a medio consumir. Se te ocurre entonces, que tal vez ahí pueda haber una buena imagen. Observas la situación durante un instante, coges tu cámara y disparas.