Si uno se encuentra con una pared blanca en la que se refleja la potente luz de mediodía, cómo va a resistirse a convertir en silueta al hombre del teléfono.
Hay ciudades a las que uno llega y enseguida se establece una conexión especial. Serán sus calles, su ritmo, sus gentes, su luz, la forma en que respira... o quién sabe qué será, pero te enamoran y se te meten dentro. Hay ciudades de las que uno se marcha, y apenas se ha ido, ya sabe que volverá.
La luz de la noche, el texto, geometrías y patrones que se repiten... Todo me sugería una imagen interesante. Solo faltaba introducir una sombra que parece saludarnos: "¡Hola!" "مرحبا"
Bonito atardecer. Muy bonito.
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