La maleta de Lucas
Un viajero, una puerta y una maleta. Una escena abierta a múltiples incógnitas. Pero cuando vas caminando por la calle y te encuentras con una foto, no te entretienes en resolver acertijos. Solo ves la luz, el color, la situación… Transcurren los días, observas las fotos en tu casa y entonces surgen las preguntas. ¿Ese hombre inicia o termina su viaje? ¿Qué llevará en esa maleta? ¿Será pesada? Desde luego, tendrá que cargar con ella porque no tiene ruedas. Y como ya no tienes prisa para que la situación no se esfume, te puedes entretener imaginando respuestas y todo se va concretando: ese hombre se llama Lucas y su maleta…
Ese es uno de los encanto de la fotografía. Ves una escena que te sugiere y disparas sin pensarlo mucho más. Luego al visionarias es cuando la cabeza imagina, crea, reconstruye... Abrazo
ResponderEliminarPues fíjate, que el chico se disculpó por haberme estropeado la foto. Sin él, no habría habido nada que imaginar y la foto no tendría sentido.
EliminarSomos constructores de medias historias, describimos parcialmente lo que fue y señalamos a la intuición y la imaginación para que hagan el resto. Esa diagonal es fantástica.
ResponderEliminarMe gusta eso de constructores de medias historias. Por lo demás, estoy de acuerdo contigo.
EliminarUna imagen muy limpia, cruzada por La Luz y cruzada por la sombra simultáneamente, me gusta!. Yo diría que la maleta se llama "hastaluego" (Amparo)
ResponderEliminarComo la vida misma, llena de luces y de sombras. Aunque parece que cada vez son más las sombras.
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