Diálogo sobre sombras
CONCIENCIA (PROPIA).- No sé si debo decirte algo.
FOTÓGRAFO. - Adelante, di lo que quieras.
CONCIENCIA (PROPIA).- A veces me desorientas.
FOTÓGRAFO. - ¿Te desoriento?
CONCIENCIA (PROPIA).- Sí. Siempre dices que te gustan las sombras, las luces contrastadas...
FOTÓGRAFO. - ¿Y?
CONCIENCIA (PROPIA).- Pues que aquí no hay sombras, ni contrastes... Nada de nada.
FOTÓGRAFO. - Bueno, no solo me gustan las sombras, ni busco siempre los contrastes.
CONCIENCIA (PROPIA).- ¡Ah! Entiendo. No quieres encasillarte como fotógrafo.
FOTÓGRAFO. - ¡No digas chorradas! Simplemente me gusta la fotografía e intento tener una visión fotográfica amplia.
CONCIENCIA (PROPIA).- Entonces, ¿tu estilo es eléctrico?
FOTÓGRAFO.- Déjate de eclecticismos. Mira la foto. ¿Qué ves?
CONCIENCIA (PROPIA).- Pues que no hay sombras, ni luces contrastadas.
FOTÓGRAFO.- Pero hay una paleta de color en tonos pastel, unas gradas de piedra que dibujan diagonales, un hombre y una mujer que rompen la geometría del graderío...
CONCIENCIA (PROPIA).- Pero no hay...
FOTÓGRAFO.- Vale, vale. Ya me lo has dicho.
—No te olvides de Gaza. Ni de Cisjordania tampoco—

Jajaja, no hay nada como ese señor (o señora) bajito que nos acompaña y nos chincha de vez en cuando. Creo que es buena reflexión la que haces y está bien probar diferentes maneras de expresarnos.
ResponderEliminarProbar y escucharse a uno mismo. O escucharse a uno mismo y probar. Es un buen camino para llegar a algún sitio. Aunque sea simplemente disfrutar.
Eliminar