La noche y los gatos
Camino al trabajo, atravieso un paseo arbolado de tilos. En
los últimos días de primavera, cuando ya han florecido, el dulzor de su aroma
impregna el ambiente. En esos días, las mañanas aún son frescas y resulta muy
agradable sentir el frescor en la cara mientras inspiras el aroma de los tilos.
Y será por las extrañas asociaciones que crea nuestro cerebro, o a saber por
qué será, el otro día me vino a la memoria está foto y el célebre aforismo
"De noche todos los gatos son pardos." Y dado que no he sido capaz de
establecer una relación coherente entre los tilos, su aroma, la primavera, el
frescor de la mañana, un paisaje urbano crepuscular y los gatos, pensando que
alguna razón habrá para que mi mente se haya detenido en esa imagen y esa
frase, no se me ha ocurrido nada mejor que componer con ellas un título, en apariencia
totalmente inconexo con la fotografía que encabeza.
—No te olvides de Gaza—
Buen algo habra llamado la atención en tu interior y por eso te paraste ante este espectáculo nocturno.
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