Las bicicletas, el texto y los reflejos, son motivos recurrentes en la fotografía callejera. Si se presenta la ocsión, ¿por qué no unir los tres en una sola imagen?
Si uno se encuentra con una pared blanca en la que se refleja la potente luz de mediodía, cómo va a resistirse a convertir en silueta al hombre del teléfono.
La orilla del río es un buen lugar para esperar y encontrarse, para estar y mirarse. El fotógrafo no sabe lo que la corriente les trae, ni lo que la corriente se lleva; no sabe lo que el agua les dice, ni lo que el agua se calla. No sabe lo que miran, lo que sueñan… Simplemente se asomó, miró hacia abajo, le gustó la escena y disparó su cámara.
Oportunidad aprovechada.
ResponderEliminarLa calle está llena de oportunidades. Gracias, Luis.
EliminarLas ocasione hay que pillarlas al vuelo
ResponderEliminarSolo hay que moverse con un poco de atención, para encontrarse con oportunidades para tirar una foto, Gracias, Joaquín.
EliminarUn perímetro muy sugerente para enmarcar el calor humano localizado en el centro. Bonita imagen (soy Amparo)
ResponderEliminarGracias. Lo mejor de montar en bici es ir a tomarte unas cervecitas después.
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