La fotografía es un lugar en el que se hace presente y permanece cualquier tiempo, cualquier lugar, cualquier momento, cualquier situación... Atrapa un pedazo del pasado, que cuando lo miramos, siempre es ahora.
A fotografia é a memória em estado permanente. O tempo distorce tudo, desgasta tudo, o que fica registado em fotografia faz preservação do momento mágico em que é tirado. Gostei muito! Um kandando com admiração.
Hace unos días, revisitaba las fotos de Nikos Economopoulos y me encontré con esta frase: "Uno no puede esconderse de su propia cámara." Quizás, Economopoulos quiso decir con esto, que cuando capturamos imágenes estamos desvelando algo de nosotros mismos, que no podemos ocultar nuestra manera de mirar. La frase me hizo pensar en esta foto. Tal vez porque siempre tengo un horizonte al que mirar, aunque el mundo cada vez lo ponga más difícil. Así que, sí, no puedo esconderme de mi propia cámara. Ya lo dijo Nikos.
Definitivamente, sí. Algo vuelve a la vida cada vez que miramos una fotografía. Tal vez por eso las hacemos, para no dar por perdidos para siempre momentos, lugares, sensaciones... Creo que esa especie de magia está ahí, a mí me pasa con muchas fotografías, pero requiere una pequeña condición: no sustituir ningún momento, ningún lugar, ni ninguna sensación, por una foto. Creo que primero hay que conectar con los sitios y solo después, apretar el disparador. Si no has vivido un lugar antes de hacer la foto, no habrá nada que pueda volver a la vida. Lisboa, es una de las ciudades con las que más intensamente he conectado. Será por eso, que sus fotos guardan para mí, una respiración y un latido tan especiales.
A veces sucede. Tienes una cosa en mente y te encuentras con algo que te hace cambiar de idea. Me rondaba por la cabeza alguna cosa que decir para acompañar esta fotografía, pero la casualidad ha hecho que esta misma mañana me encontrará con un texto de Cristina García Rodero. Y claro, no me ha quedado otra que rendirme a la sabiduría de la gran Cristina. En fin, que aquí van su frase y una pequeña reflexión. “La fotografía es una lucha. El enemigo es el tiempo y vences cuando consigues congelarlo en el momento adecuado, evitando que algo que habla de ti y de lo que está pasando muera y desparezca para siempre”. Hasta esos momentos que nos descubren pequeños gestos intrascendentes y cotidianos, merecen su oportunidad para flirtear con la inmortalidad, como alguien que, en día de lluvia y viento, sujeta con una mano la capucha de su gabán.
¡Córdoba! Atrapa el corazón y parte del alma! Preciosa la foto. Gracias!
ResponderEliminarSí, Córdoba nos enamoró.
EliminarY es un lugar, que me es bastante conocido y que no es un secreto para mí, su singular belleza.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Bellísima la mezquita. Bellísima Córdoba.
EliminarEse es uno de los poderes que tiene la fotografía. Hace eterno cualquier momento o cosa que se fotografíe. Abrazo
ResponderEliminarOtro abrazo para ti. Gracias por comentar
EliminarA fotografia é a memória em estado permanente.
ResponderEliminarO tempo distorce tudo, desgasta tudo, o que fica registado em fotografia faz preservação do momento mágico em que é tirado.
Gostei muito!
Um kandando com admiração.
Muito obrigado por comentar.
EliminarBuena reflexión. La fotografía tiene ese poder, no solo es el ahora sino que indica lo que fue.
ResponderEliminarA veces se me escapa alguna, sí. Un abrazo.
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