¿Una familia bajando una escalera es motivo suficiente para hacer una foto? Habrá opiniones para todos los gustos, naturalmente. Pero si hay algún color interesante, una luz y unas sombras que me gusten... Para mí sí.
Siempre hay motivo para hacer una foto si a quien le toca decidirlo siente esa necesidad de apretar el disparador. En una fotografía siempre hay un momento de realidad eternizado, tal vez solo haya que sentir esa emoción personal que nos hace pensar que esa eternidad merece la pena. Abrazo
(Voy de negro por la ingrata soledad).... Motivo suficiente, pero lo que más me interesa es la manera de solucionar la toma con esa marcada sombra en ángulo que divide, compensa y equilibra la toma.
Hace unos días, revisitaba las fotos de Nikos Economopoulos y me encontré con esta frase: "Uno no puede esconderse de su propia cámara." Quizás, Economopoulos quiso decir con esto, que cuando capturamos imágenes estamos desvelando algo de nosotros mismos, que no podemos ocultar nuestra manera de mirar. La frase me hizo pensar en esta foto. Tal vez porque siempre tengo un horizonte al que mirar, aunque el mundo cada vez lo ponga más difícil. Así que, sí, no puedo esconderme de mi propia cámara. Ya lo dijo Nikos.
Decía Ansel Adams que las fotos no se toman, se hacen, se construyen. Construimos cada imagen con las decisiones que tomamos. Decidimos cómo tratamos la luz y cómo tratamos las sombras, qué metemos dentro del encuadre y qué dejamos fuera, sobre qué apuntamos nuestro objetivo y desde dónde lo hacemos… Esta es la materia prima de la que disponemos. La tomamos, la trabajamos, la amasamos y con ella hacemos y construimos. ¿Cuánto tenemos de fotógrafos y cuánto de constructores? —No te olvides de Gaza—
No sé si está bien o mal, pero no suelo hablar de las sensaciones que mis fotos me producen. Tal vez para no condicionar la mirada de nadie. En esta ocasión voy a hacer una excepción. Esta foto me produce mucha tranquilidad. El equilibrio de la composición, la paleta de colores… pero sobre todo el hombre de la imagen. Que alguien espere a que empiece a caer la noche, coja sus cañas, lance su cebo al mar y se siente a esperar a que algo pique, me parece un contagioso ejercicio de serenidad. Cuando hago fotos no busco ningún resultado en particular, simplemente disfruto del hecho de fotografiar. ¿A él le pasará igual? ¿Acudirá a la playa con sus cañas sin esperar ningún resultado en particular? ¿Le bastará con estar ahí, sentado frente al mar, contemplando el horizonte mientras espera? Bueno, creo que esa no es una mala forma de disfrutar.
Siempre hay motivo para hacer una foto si a quien le toca decidirlo siente esa necesidad de apretar el disparador. En una fotografía siempre hay un momento de realidad eternizado, tal vez solo haya que sentir esa emoción personal que nos hace pensar que esa eternidad merece la pena. Abrazo
ResponderEliminarDetrás de cada foto, siempre hay esa emoción. Gracias por comentar.
EliminarSin lugar a dudas
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarTotalmente de acuerdo, además es una muy buena foto por la escenografía y por la presencia de esas sombras que tanto te caracterizan. (Amparo)
EliminarSí, soy el caballero oscuro. Me gustan las sombras.
Eliminar(Voy de negro por la ingrata soledad).... Motivo suficiente, pero lo que más me interesa es la manera de solucionar la toma con esa marcada sombra en ángulo que divide, compensa y equilibra la toma.
ResponderEliminar👍
Eliminar